No recuerdo el nombre de la película pero sí recuerdo el principio de la trama. Había una partida de cartas y uno de los jugadores, el de mayor edad, había perdido todo su dinero y como último recurso se jugaba su casa y su hija y perdía. Era una historia truculenta y terrorífica.
Que barbaridad Pedro ¿cómo un padre puede jugarse a las cartas a una hija?
No creas Juan que he recordado esta historia porque pienso que un padre que participa en el juego pueda apostar jugándose a su hija. Esa historia me ha venido a la memoria en relación con los numerosos casos de corrupción que vemos a diario en España. Estos corruptos, pongamos por ejemplo, Bartomeu Muñoz,: Maciá Alavedra, Lluís Prenafeta, Francisco Correa, Pablo Crespo, Álvaro Pérez, Jaume Matas, María Antonia Munar, Félix Millet, son algunos de los más de 800 imputados entre políticos, funcionarios o empresarios que están siendo juzgados en la actualidad. Pues bien, a diferencia del protagonista de la película, estos sujetos no actúan, a título personal, sino que son un equipo de padres, madres, hijos, hijas y demás parentela que roban e intercambian favores con el objetivo de incrementar sus fortunas y seguir manteniéndose en el poder.
Sin embargo cuando estos personajes que “se la han jugado”, pierde, no devuelven todo lo robado y además no pierden la casa y la hija como en aquella película. En estos casos por acción de la justicia (la palabra debía ir con caracteres de menor tamaño para representar su debilidad), se recupera tan sólo una pequeña parte de lo robado y por supuesto sobre ninguno de los que obtuvieron ventajas, en cuanto patrimonio y vidas lujosas, tales como los hijos hijas y demás familia, cae sobre ellos el peso de la justicia y siguen siendo después de los juicios la clase rica e influyente que eran antes.
¿Crees entonces Pedro que había que condenarles a cadena perpetua y vender a las hijas en el caso que no devolvieran la totalidad de lo robado?
Lo de la cadena perpetua por supuesto para todo el equipo y lo de vender a las hijas quizá fuera una buena idea hacer una simulación cinematográfica, al estilo de una película de Indiana Jones, y con los beneficios de la venta, que sería una pasta, pagar el resto de la deuda. También sería una solución pasar a parentela y amigos del equipo por el escaner patrimonial y dejarlos desnuditos de bienes materiales.
Eres un idealista Pedro. ¿Tu crees que es posible recuperar todo lo que se han gastado en fiestas, bodas, pago de favores y especialmente localizar y recuperar el dinero depositado en los paraísos fiscales?
Mira Juan, algo se está haciendo mal. Si se es capaz de detener a un asesino tan sólo por el análisis de ADN de la saliva que dejó en una lata de cerveza y no se es capaz de recuperar millones de euros que se gastan o se evaden, significa que la justicia es blanda y tiene poco valor para enfrentarse a la corrupción y al fuerte poder de la gente que está alrededor de los corruptos.
Me has convencido Pedro. Pienso además, que incluso devolviendo todo lo robado, todavía sería poco si tenemos en cuenta los gastos que generan sus acciones delictivas, los procesos judiciales, las investigaciones policiales, los abogados y las miles de toneladas de papel impreso con el historial delictivo. Si cuando yo pido un préstamo a un Banco por un valor de 100 mil euros a la hora de devolver son 200 mil, con intereses y gastos ¿cuál será el valor final de esas cantidades de al menos 20 millones de euros, que Félix Millet, confesó haber desviado para su beneficio personal?
Bueno ¿cuál crees que es la solución?
Yo al final me inclino por la cadena perpetua hasta que se pague el total de la deuda y la posibilidad de reducción de pena por la participación en una película de esas de mercado de esclavos y esclavas o una que incluyera una partida de cartas en que el padre se jugara a su hija y tu pudieras interaccionar. ¿Te imaginas lo que se ganaría con una película en 3D con mandos en los asientos del patio de butacas y que apretando un botón tu pudieras decir “me la quedo”? Se sacaría tanto dinero que si se invirtiera en educación e investigación pasábamos a la cabeza de Europa
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