Cuando hace tiempo se hablaba de globalización, automáticamente pensábamos en economía. Tenemos un teléfono móvil hecho en Taiwán y la gasolina de mi coche es de Venezuela de Irak o de Irán.
Ahora cada vez más la globalización la relacionamos con personas. En muchos pueblos de nuestra España de hace pocos años en algunos casos no habían más de diez apellidos diferentes. Un refrán valenciano decía “El bon ruc en el seu carrer és ben venut|” La movilidad por trabajo y los matrimonios se podían normalmente circunscribir a lugares distantes entre sí unas pocas decenas de kilómetros.
Todo ha cambiado. En nuestra calle probablemente encontraremos gente de diferentes razas y nacionalidades. Hay respeto y alguna relación e intercambio entre los diferentes grupos de población que van apareciendo en España, pero cada grupo cuando deja el trabajo procura reunirse con los suyos para vivir su vida. Como se diría, “juntos pero no revueltos”. Las costumbres, las ideas, las creencias religiosas, se preservan en el grupo y de este modo el individuo se siente más seguro y menos extranjero.
Es la educación la llave que puede abrir la puerta para el acercamiento de ideas, creencias y formas de vida y conducir a ciudadanos del mundo que hayan superado las barreras de la raza, la nacionalidad, la religión.
Hay sin embargo factores que actuarán en favor de esta globalización.
En China la planificación de la natalidad ha dado lugar a un país en el que existen 100 millones más de chinos que de chinas. Unos 30 millones son chinos en edades entre 19 y 29 años. Es tan grande la diferencia, que existe una WEB en la que mujeres rusas se anuncian como posibles esposas de pretendientes chinos.
¿Se imagina un desembarco en España de esos 30 millones de chinos que llegaran buscando novia entre los 5 millones de españolas casaderas?
Piensen por un momento a 6 chinos ricos pidiendo a una joven española ¿QUIELES CASALTE CONMIGO? y por otro lado un español diciendo “SI NOS REJUNTAMOS TÍA, PODEMOS VIVIR LOS DOS CON EL SUELDO QUE TU GANAS”. Pruebe a dar su voto. El resultado es claro y la globalización puede estar próxima.